domingo, 22 de noviembre de 2009

"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora"



Soy una adicta a la lectura, en cuanto tengo un poquito de tiempo, busco un sitio tranquilo, donde pueda estar ausente de todo lo que me rodea, me mente se pone en blanco y abro el libro como si me dispusiera a abrir una puerta de un mundo existente paralelo al mio, a observar por la mirilla al principio, hasta convertirme en la protagonista de esa historia que estoy a punto de vivir.


Aquí voy a ir dejando tanto títulos como comentarios de libros que han conseguido transportarme a ese "otro mundo", espero que os guste y disfruteis con ellos tanto o más que yo.

El primer libro que os voy a sugerir, que a mí me ha encantado, más que eso, me erizó el vello y no olvidaré jamás se titula "Una rosa sin espinas" de Jean Plaidy.


Seguramente, por ser uno de los primeros libros de este género que leí hace muchos años, en plena adolescencia, tengo tan buen recuerdo. Me cautivó tanto que en el colegio teníamos que hacer una conferencia acerca de algun tema que nos interesara y me decanté por la historia de este libro. Os puedo asegurar, que aunque parezca un tostón hablar de esto delante de un público tan exigente como es un grupo de adolescentes que sólo piensan en salir de marcha y en el chic@ que en ese momento es el guapo de la clase, supe meterme en el bolsillo a todos mis compañeros. Os puedo decir que la exposición era de 10 minutos y la mia fue de 20 minutos y gracias a que el timbre de fin de clase sonó. La profesora de la asignatura dijo que no daría por concluida la exposición hasta que no dejaran de preguntar los compañeros, bajo petición de ellos mismos, (incluso ella me preguntaba).

Cuenta la historia de Catalina Howard. Fue esposa de Enrique VIII, Rey de Inglaterra entre 1509 y 1547.

No os voy a contar la historia de Catalina ni de Enrique, el libro lo hace de una manera sin igual, narrada en primera persona. Catalina nos cuenta su vida, sus experiencias y la historia de la corte de entonces, introduciéndonos en una época más que complicada tanto social como políticamente hablando. Ni que hablar de los conflictos morales, éticos y religosos en los que se encuentra esta mujer de buen estatus social, al igual que la lucha interna entre corazón y razón que le seguirá hasta el final de sus días.

Un libro que me hizo soñar y sobre todo me hizo reflexionar sobre mis preferencias en la vida, la lucha de lo que deseo y a lo que aspiro tener en mi vida.

Si decidis leerlo os agradecería algún comentario y poder intercambiar opiniones, puesto que seguro que no os deja indiferentes.

Buen viaje a este el mundo de los sueños sin fin.




"La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad".

Este dulce gatito que parece no haber roto un plato en su vida, es mi gran quebradero de cabeza: Nano.

Apareció en mi vida hará en Diciembre tres añitos ya, y parecía un angelito, (sólo parecía). Un amigo me pidió si podía conseguirle un gato y una compañera de trabajo me había dicho que su gata estaba preñada y regalaba los cachorros que tubiera, así que "reservé" uno. Cuando me trajo el gatito y se lo comuniqué a mi amigo, éste se había encontrado pocos días antes uno en la calle y se lo había llevado a casa, así que el cachorro que le había llevado se había quedado sin dueño. Como supondreis, no tarde ni un segundo en decidir lo que hacer con él, me lo quedé.

Al principio era muy tímido y se escondía por cada rincón que encontraba. A los pocos días entendió que no iba a hacerle daño y fue cuando descubrí que había metido en casa un demonio con cara de dulce felino.

Entonces vivía con mis padres, y ya os podeis imaginar lo que sucedió. Gracias a Dios, mi padre adora tanto o más que yo a los animales, él fue quién me ayudó a cuidar a Nano. Mi madre, reacia en un principio a tener al animalito en casa, poco a poco consegui que se encariñase con él. Cuando estaban todos los obstáculos superados, el gato se hizo dueño de la casa. Tuvimos que quitar cortinas, (porque las trepaba como un escalador experto), quitamos también las alfombras de los baños, (les debió de coger manía e imaginaros lo que hacía, digamos que marcaba territorio, por decirlo sutilmente), también tuvimos que poner pimienta en los marcos de las puertas, ¡pobres marcos!, no debía de gustarle el color poque los mordía con rabia.

Al cabo del tiempo, de paciencia y mucha positibidad conseguí que se tranquilizara, (un poco). Ya tenía cerca del año. Un día, cuando llegué a casa por la tarde, vi que tenía un ojo un poco rojo y lloroso, así que lo lleve al veterinario. No me imaginaba que me iban a decir que tenía Leucemia. Al principio me asuste muchísimo, porque he vivido en mi familia esa enfermedad y fue lo primero que me vino a la cabeza. El veterinario me explicó que se llama así poruqe los sintomas son los mismos en animales que en seres humanos. Digamos que el síntoma que tenía mi gato y que por ello tenía el ojo así se denominaba Queratitis, una infección de la cornea. Después de analisis y pruebas, supimos que no se había reproducido el virus, así que estaba controlado y con unas gotas y con una buena calidad de vida, (y os aseguro que mejor no la puede tener), podría tenerla larga y duradera.

Ahora, dos años después, podría deciros que tengo a Garfield, (ese dulce y GORDO gatito de los dibujos animados de antaño que nos hacía reir con sus peripecias), tumbado en mi sofá todo el día.

Ahora entendeis el por qué del título. Aunque me lo haya hecho pasar mal, la verdad que la felicidad que me ha aportado y los momentos inolvidables que tengo en mi memoria son mucho más grandes y su peso es tan grande, que desplaza por completo a la angustia y a la tristeza.
Ya os ire contando más historias de éste, mi dulce, querido y gordito gatito.